¿El esperanto, lengua occidental?
Si observamos al esperanto desde fuera, tenemos tendencia a tomarlo por una
lengua occidental. Sus sonoridades nos recuerdan las del italiano y su
vocabulario tiene aspecto de ser de origen latino en gran parte. Por otro lado ,
quienes tienen la ocasión de escuchar una conversación en esta lengua, no tardan
en percatarse que "sí" se pronuncia yes, como en inglés (se
escribe jes). Este hecho parece confirmar su carácter occidental. El
oyente más atento que percibe presencia de numerosas raíces germánicas sigue con
la misma impresión: todo evoca una lengua occidental aparentemente dotada de un
léxico en el que, como en inglés se entremezclan aportaciones latinas y
germánicas.
Ciertas personas, de formación clásica, acercan al esperanto un poco al
Oriente, en el sentido de que descubren vestigios del griego: la conjunción "y",
kaj (se pronuncia kai), es un calco exacto del antiguo griego kai
y la formación de los plurales está manifiestamente copiada de la lengua de
Homero (griego parallelos, una linea paralela, paralleloi líneas
paralelas ; esperanto paralelo, paraleloj, en el que la
terminación oj se pronuncia oi, es decir como en la pronunciación clásica
de la palabra griega correspondiente.
El esperanto escrito
parece menos occidental: la presencia de consonantes con acento
circunflejo, las j que siguen a una vocal al final de una
palabra, los grupos consonánticos como kv recuerdan
el aspecto visual del esloveno o del croata. Quien aquí adivine
una influencia eslava no se equivoca en absoluto. El esperanto nació
en la Europa oriental. Su sintaxis, aspectos gramaticales, muchas
expresiones y el estilo habitual atestiguan efectivamente la presencia
de un sustrato eslavo importante. Y lo mismo ocurre con la semántica.
Si la palabra plena es un préstamo a las lenguas latinas,
su campo semántico no es el de nuestra palabra pleno (lleno)
sino el del ruso polnyj, vástago como su correspondiente
español del viejo radical indo-europeo pln. En ninguna
lengua romance se puede hablar de un pleno diccionario, se dice
diccionario completo; en esperanto plena vortaro; en esperanto
plena vortaro es el reflejo exacto del del ruso polnyj slovarj,
incluso en el sufijo (ruso slovo = palabra, slovarj
= diccionario; esperanto vorto = palabra, vortaro
= diccionario).
¿Tiene el esperanto algo en común con las lenguas semíticas? En la forma no,
pero sí en el espíritu. Como en árabe y en hebreo, el esperanto forma lo
esencial de su léxico por derivación partiendo de raíces invariables. Por
cierto, en las lenguas semíticas las raíces se componen casi siempre de tres
consonantes y la derivación se hace frecuentemente por inserción de vocales
entre estas consonantes, mientras que en esperanto las raíces no siguen un
esquema fijo y la derivación se efectúa exclusivamente mediante la adición de
elementos antes o después. Sólo tengo que añadir que la versión de la Biblia
hebrea en esperanto, contiene más o menos el mismo número de raíces que el
original, lo que la diferencia claramente de las traducciones en lenguas
occidentales, obligadas a recurrir al empleo de numerosas palabras cuya
derivación no es tan transparente..
Si proseguimos nuestra marcha hacia Oriente, pasamos del árabe al persa,
pasamos de una lengua con una gramática complicada, llena de excepciones, a una
lengua en gran parte regular. En árabe, para formar el plural, frecuentemente es
necesario transformar totalmente el interior de la palabra: kitâb, libro,
se convierte en kutub en plural. El persa, que ha tomado en
préstamo muchas palabras al árabe, en cambio no ha copiado sus plurales
irregulares. El plural se forma añadiendo la terminación hâ. El plural de
el de kitâb no debe pues memorizarse aparte . Este será kitâbhâ.
El esperanto manifiesta la misma simplicidad. Es suficiente una fracción de
segundo para aprender a formar el plural de todos los sustantivos, puesto que se
trata simplemente de retener que se forma añadiendo una j (pronunciada,
recordemos, como la y de boy). Qué diferencia en relación con
otras lenguas como el alemán , el haussa, o el árabe, en las que es necesario ,
prácticamente, aprender el plural de cada nombre común. E incluso con relación
al inglés, más regular, pero que tiene sin embargo un cierto número de
excepciones: mujer (woman), niño (child), pie (foot),
ratón (mouse), cordero (sheep) y muchas otras palabras que no
siguen la regla general según la cual se forma el plural añadiendo una
-s: Se dice women, children, feet, mice, sheep.
La mayoría de
los Occidentales ni siquiera sospecha que existen lenguas tan coherentes
en las que incluso la noción de verbo irregular, de plural
excepcional, de derivación aberrante es completamente impensable.
Entre esas lenguas están el chino, el vietnamita y el esperanto.
Lo que estas tres lenguas tienen de común y de diferente
con todas las lenguas indoeuropeas es que están formadas
por elementos rigurosamente invariables que se combinan entre
si hasta el infinito. A quienes hablan una lengua como estas, la
idea de que una palabra no se derive de otra, o que para designar
las diversas modulaciones de la primera persona del singular, sea
necesario aprender una serie de palabras como yo , me, mi, mio,
mia, mios, les parece extraño e incomprensible. Pues ellos
se entienden perfectamente sin todas estas farragosas normas. En
chino, mi, mío, mía, míos, etc. se dicen lisa
y llanamente wode, que es la forma adjetiva (-de)
de wo, yo. El esperanto hace derivar estas palabras de la
misma manera, añadiendo el distintivo de adjetivo al pronombre
yo (mi). De manera que realidades paralelas se expresan en estas
dos lenguas de forma paralela. cosa que no sucede en ninguna lengua
occidental. En "yo cojo tu.., tu cojes mi...", la reciprocidad
de la acción se indica de la misma forma tanto en chino (wo
na nide..., ni na wode...), como en esperanto (mi prenas
vian...., vi prenas mian...). En español, al contrario,
la relación entre mío y yo no tiene
nada de transparente, tuyo debe aprenderse independientemente
de tu, y no se puede formular correctamente la idea sin haber
memorizado una conjugación: Cojo, en la primera frase,
debe ceder el sitio a coges en la segunda. Las palabras que
se deben memorizar, para expresarse correctamente, son siempre notablemente
más numerosas cuando se trata de una lengua occidental.
La misma similitud estructural
se encuentra entre el chino y el esperanto en la formación
de palabras. Tanto en español como en francés, es
necesario aprender separadamente palabras como : compatriota,
correligionario, condiscípulo y no se trata de expresar
mediante una sola palabra conceptos como persona de la misma raza
o de alguien que habla misma lengua. En chino, es suficiente conocer
la estructura y la palabra fundamental. Si se sabe decir país,
se sabe decir automáticamente compatriota. Lo mismo sucede
en esperanto : para formar samlandano (compatiota), samreligiano
(correligionario), samklasano (condiscípulo), samrasano
(persona de la misma raza), samlingvano (persona que
habla la misma lengua), Sólo necesitamos saber la
estructura sam –ano e insertar la raíz correspondiente.
De igual manera el chino que desee aprender francés, español
o inglés debe memorizar como entidades totalmente diferentes
palabras como país o extranjero. En cambio
si decide aprender esperanto, sólo necesita traducir sílaba
por sílaba (monema por monema como diría un lingüista)
los tres elementos constituyentes de la palabra en su lengua materna:
waiguoren (extranjero) compuesta por wai (de fuera)
de guo (país) y de ren (persona). En esperanto
sería eksterlandano, formada por los mismos elementos
que en chino: ekster (fuera) lando (país) -ano
(persona). Otro ejemplo : El alumno chino que se esfuerza en aprender
una lengua occidental debe memorizar una serie de nombres de animales
que , en su lengua materna, obtiene por derivación. El simple
hecho de aprender la palabra caballo no es ninguna ayuda si debe
comunicar con precisión que se está hablando de yeguas,
de potros o de sementales; buey no tiene relación
de forma con vaca, ternero o toro. En chino,
estas palabras forman parte de un sistema regular. Estas son respectivamente
ma, muma, xiaoma y gongma; niu, muniu, xiaoniu y gongniu.
El sistema del esperanto no es menos regular . La relación
es la misma entre caballo, por una parte: ĉevalo, ĉevalino,
ĉevalido y virĉevalo y buey por la otra: bovo, bovino,
bovido y virbovo.
Las personas que reprochan
al esperanto que sea una lengua demasiado occidental, pasan por
alto dos importantes aspectos de la cuestión. Por una parte,
juzgan muy a la ligera, sin entrar en el análisis lingüístico
del idioma, que sólo puede revelar hasta que punto es completamente
diferente de lo que puede aparentar a simple vista. Y por la otra,
olvidan que una lengua de comunicación internacional es necesaria
de todos modos. ¿En que lengua discutimos, realmente, cuando
no disponemos de una lengua común?. ¡En inglés!
En cambio, esta es una lengua mucho más occidental que el
esperanto y mucho más difícil de aprender y de utilizar
para la inmensa mayoría de los habitantes de nuestro planeta.
Ninguna lengua podría poner a todos los pueblos en pie de
igualdad. Pero de todas las que existen y que son utilizadas en
la práctica, el esperanto es la que más se aproxima
a este ideal. Al cabo de 2000 horas de inglés (5 horas a
la semana durante 5 años), el japonés o el chino medio
son incapaces de expresarse de forma realmente operativa en la lengua
de Sakespeare o del Wall Street Journal, sólo han alcanzado
la etapa del balbuceo. Tras 220 horas de esperanto, por término
medio, ellos se pueden comunicar fácilmente. Esta diferencia
no tiene nada de sorprendente par quien estudia las estructuras
lingüísticas de los diversos idiomas.
Si se desea jugar limpio y mantenerse objetivo, es necesario esperar, para
criticar al esperanto, a haber hecho un análisis suficientemente profundo y
haber efectuado comparaciones del inglés con las lenguas maternas de los pueblos
cuyos intereses se pretende defender. En democracia, todo acusado es considerado
inocente mientras no se haya demostrado su culpabilidad. Sería conforme a las
tradiciones europeas el aplicar este principio a toda decisión sobre el
esperanto y de reservarse su juicio hasta que se hayan estudiado los hechos.
Ningún lingüista serio, ningún periodista, ningún político osaría establecer un
juicio sobre el tagalo o el malayo sin, previamente, haberse documentado sobre
estas lenguas. No hay ninguna razón para descartar esta regla cuando se trata
del esperanto.
http://www.terra.es/personal8/amm61631/esperanto/esper_leng_occ.htm
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